Dulce campo mío

El campo verde y florido,

atento a cualquier silbido

cantado por aquel pajarillo,

que vuela sin dirección, sin destino.

 

¡Verdes campos, altas montañas!

¿Cuándo podré disfrutarlas?

 

Entre abetos y pinos,

la sabia naturaleza,

abre es estrecho camino,

que nos lleva a su riqueza.

 

¡Rojas amapolas, esbelto pino,

dime cuándo iré contigo!

 

El aire puro se respira,

inolvidable tacto de las flores,

en la ciudad nunca sentía,

había de todos los colores.

 

¡Cristalinas aguas del río,

dulce campo mío!

 

                                   Manuel Gil Rodríguez 2º C

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